martes, 11 de noviembre de 2014

Experiencia pedagógica Arguedas

 "Entiendo y he asimilado la cultura llamada occidental hasta un grado relativamente alto; admiro a Bach y a Prokofiev, a Shakespeare, Sófocles y Rimbaud, a Camus y Eliot, pero más plenamente gozo con las canciones tradicionales de mi pueblo; puedo cantar, con la pureza auténtica de un indio chanka, un harawi de cosecha. ¿Qué soy? Un hombre civilizado que no ha dejado de ser, en la médula un indígena del Perú; indígena, no indio. Y así, he caminado por las calles de París y de Roma, de Berlín y de Buenos Aires. Y quienes me oyeron cantar, han escuchado melodías absolutamente desconocidas, de gran belleza y con un mensaje original. La barbarie es una palabra que inventaron los europeos cuando estaban muy seguros de que ellos eran superiores a los hombres de otrasrazas y de otros continentes «recién descubiertos».
José María Arguedas

Su experiencia  lo realizó en el colegio Pumaccahua de Sicuani, donde se desempeñó como profesor de Castellano  y Geografía,  luego en  “Nuestra Señora de Guadalupe”, en Lima. Inicia  tipificando  a  tres  tipos de docentes:  los que bostezan, llegan tarde y se pasan el año dictando  su curso;  los que  son  fieles cumplidores de  los programas oficiales como se cumple con  fidelidad en la disciplina militar; y se deduce de un tercero: un  docente  que  cumple  según  las  exigencias  del contexto,  por  eso  sostiene  que  los  estudiantes empiecen  a  estudiar  la  región  o  provincia  donde funciona su colegio y  los pueblos de origen de  los alumnos. Él, obviamente, estaba entre los terceros, como verdadero maestro, que le interesa una educación con el propósito de cambiar a la persona y por ende a la sociedad a través de investigaciones que realicen los estudiantes teniendo como base su realidad  o  entorno.  Estas  investigaciones  debían desarrollarse con  sumo cuidado y  responsabilidad con la orientación del docente; vemos reflejada la corriente constructivista tan de moda en estos últimos  años,  pero  practicada  con  anticipación  por Arguedas.Propone y desarrolla una actividad docente centrada, no solo en los planes oficiales, sino en “despertar en los alumnos la inquietud de investigar por cuenta propia…y un interés exigente de conocer a su  país.  Inquietud  e  interés  que  en  nuestro  país como el Perú, resultan indispensables”
En este aspecto practica una pedagogía centrada en el estudiante y no en el docente; este último planifica en función de los intereses y necesidades del estudiante, otro principio del constructivismo. Asimismo,  se evidencia  la práctica de  la  inteligencia emocional  porque  los  estudiantes  reconocían  sus emociones o sentimientos .


Consideraba al folklore como una vía para conocer al pueblo y una  fuente para educar. Exaltó  la importancia  del  folklore  quechua  al  igual  que  el europeo o  foráneo. Concebía que  la mejor poesía era transmitida a través de las canciones que expresaban la idiosincrasia, las costumbres y las experiencias de los hombres. Rescató  la  idea  de  Issamit,  pedagogo  chileno, cuyo propósito era convertir la música en un medio formativo  y  que  los  estudiantes  aprehendieran  el alma de los pueblos creadores de las muestras folklóricas. Citamos la tesis central que postulaba Arguedas: “El Folklore puede servir para los educadores como una fuente, proporcionando material para la educación misma; sobre todo puede servir como información para conocer el espíritu, el modo de ser de los estudiantes y de los padres de familia del pueblo en el cual uno trabaja”. Esto demuestra que la música puede ser una vía o instrumento para educar; los conocimientos se pueden convertir en canciones y ser más interesantes para los aprendices. Se convertiría en una actividad lúdica: entretenida y motivante.




1 comentario: